La comida húmeda tiene un contenido de humedad significativamente mayor. Por lo tanto, puede ser una buena elección si su perro no bebe tanto como debería o si padece una enfermedad que podría mejorar su estado si consume más líquidos.
La comida húmeda para perros suele ser más aromática y sabrosa en comparación directa con la seca. Este sabor más intenso puede animar a los perros enfermos o mayores a comer más aunque su apetito disminuya.
La consistencia blanda y húmeda de la comida húmeda facilita la ingesta a los perros con enfermedades dentales.
La comida seca, en cambio, anima al perro a comprar mejor su comida, lo que puede reducir la formación de sarro.
En comparación con la comida húmeda, la seca es fácil de racionar y no se estropea si se deja sin comer todo el día. Esto puede ser una ventaja para los perros que comen de forma muy irregular.
Conclusión:
Ambos tipos de comida tienen sus ventajas. Alimentar a su perro con comida húmeda o seca depende de la calidad del alimento. Muchos propietarios alimentan a sus perros con comida húmeda y seca. De este modo, su perro puede beneficiarse de todas las ventajas, ya sea húmeda o seca.
Para elegir la comida húmeda adecuada para su amigo peludo, debe tener en cuenta la etapa de la vida de su mascota. La comida húmeda para cachorros contiene muchas proteínas y calcio para ayudar de forma óptima a los pequeños durante su crecimiento. En cambio, la comida húmeda para perros mayores contiene muchas menos proteínas y grasas para prevenir el desarrollo de enfermedades del tracto digestivo y la obesidad.
Los perros adultos se encuentran justo en medio del espectro y necesitan comida para perros etiquetada como "para adultos".
Así pues, a la hora de elegir la comida húmeda, no se fije sólo en los ingredientes que le parezcan más sabrosos, sino tenga siempre en cuenta la etapa de la vida de su perro y sus necesidades nutricionales.
El cambio es muy sencillo. Sin embargo, recuerde que el término "animal de costumbres" no viene de ninguna parte.
Debe dar tiempo al sistema digestivo de su perro para que se acostumbre al nuevo alimento.
Normalmente, el perro tarda entre 7 y 10 días en acostumbrarse al nuevo alimento.
Durante este tiempo, simplemente mezcle el nuevo alimento con el antiguo.
Recomendamos empezar el cambio con un 25% del nuevo alimento.
Continúe aumentando la proporción con el tiempo hasta que finalmente alimente a su perro exclusivamente con la nueva comida húmeda.